Las vacunas pueden ser una eficaz protección contra las enfermedades. Pero, con el paso del tiempo, los efectos de algunas vacunas se disipan.
Eso sucede con la vacuna contra la tos ferina. Por eso, la mayoría de los adultos necesita un refuerzo en algún momento.
¿Qué es la tos ferina? La tos ferina, también llamada tos convulsa, es una enfermedad que se contagia muy fácilmente y puede causar graves ataques de tos. Puede comenzar como un resfriado normal. Pero, en lugar de mejorar luego de unos días, empeora.
Puede causar:
- Una tos con flema que no se va.
- Dificultad para respirar.
- Vómitos.
Es menos probable que los adultos presenten signos claros de la enfermedad. Así que puede tenerla y no saberlo. Y puede contagiarla a otros.
Eso puede ser peligroso. La tos ferina es especialmente peligrosa para los bebés. Aquellos que la contraen a menudo terminan en el hospital. Algunos bebés incluso mueren de esta enfermedad.
Los adultos pueden ayudar a protegerlos vacunándose contra la tos ferina.
Una única dosis. Los adultos de entre 19 y 64 años deben ponerse la vacuna de refuerzo contra la tos ferina (Tdap) una sola vez lo antes posible. Se da junto con la vacuna contra el tétanos y difteria (Td).
Usted necesita la vacuna Td cada 10 años. La vacuna Tdap sustituirá una de sus vacunas Td regulares. Si ya es hora de ponerse su próxima vacuna Td, pregunte si puede recibir la Tdap en su lugar.
Cualquier persona mayor de 65 años que vaya a estar en contacto con un bebé debe vacunarse inmediatamente. Y los adultos mayores de 65 que no estén en contacto con un bebé también pueden recibir la vacuna Tdap en lugar de la Td.
Fuente: Centers for Disease Control and Prevention
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